Habíamos subido a un ómnibus. Ella fue hasta el fondo, y nos sentamos al lado de 2 chicas. Creo que nos llegaron a preguntar algo, pero la verdad, no les di mucha bola. Ella y yo nos pusimos a hablar de boberías, mientras nos abrazábamos o nos hacíamos mimos. Obvio que sabía que no era mi novia, pero también me gustó saber que no eramos simplemente amigos. Cuando bajamos fuimos a una casa de verano donde se suponía que nos íbamos a encontrar con otros amigos. Mientras íbamos abrazados, yo le hice un chiste y ella me dijo “Te odio!”. Yo rápidamente le respondí “Y yo te amo…” y me reí. Ella me quedó mirando un segundo, y me dijo: -Sabés que es lo más triste? Qué lo más seguro es que sea verdad. – Bueno, sí, obvio… lo era. -Sí, pero tá, así como te amo, amo a pila de gente, a pila de amigos! – le expliqué. Creo que no fue la explicación más convincente que pude haber hecho. Por la cara que puso, yo diría que no me creyó del todo…